Difícil olvidar la fabulosa imagen de la ciudad ubicada a media altura del cerro en el que se asienta la población coronada por su impresionante castillo y en la que destaca también su imponente catedral. Sigüenza es una Ciudad Medieval declarada Conjunto Histórico Artístico en 1965 y desde entonces es conocida por el nombre de “La ciudad del Doncel”, en memoria de su personaje más emblemático, Martín Vázquez de Arce, cuya estatua funeraria es la joya de su CATEDRAL (enlace a nuestra publicación).
Conocer la ciudad de Sigüenza es vivir su historia a lo largo del tiempo.
Visitándola podremos conocer la Sigüenza medieval, la Sigüenza renacentista, la
Sigüenza barroca y la Sigüenza Neoclásica. Es descubrir uno de los lugares con patrimonio monumental más ricos y
atractivos de Castilla-La Mancha.
Nuestra primera parada es en la Plaza Obispo Don Bernardo, allí se
encuentra el Museo Diocesano de Arte Antiguo, un palacete neoclásico del siglo XVI
conocido como “Antigua Casa de los Barrena” y en el que se muestra el rico
fondo de la Diócesis de Sigüenza, una de las más antiguas de España. Todo el
edificio es accesible para silla de ruedas.
Desde esta plaza se accede también al amplio atrio de la CATEDRAL (en el enlace a nuestra publicación), que por su importancia le hemos dedicado un capítulo en este blog. Bello ejemplar cisterciense o primer gótico dedicada a Santa María la Mayor, patrona de la ciudad.
En ella merecen especial interés: la estatua del Doncel, ...
...sus impresionantes retablos,...
...la Capilla de los Arce,...
... de San Pedro,...
...de la Anunciación,...
... o de San Marcos,...
... y los rosetones.
Aunque en determinados puntos, las personas usuarias de silla de ruedas pueden necesitar ayuda, en general el itinerario por el interior es accesible.
En su exterior, es un ejemplar de templo-fortaleza hecho para orar y, en caso preciso, para guerrear, así, fue nombrada como la fortis seguntina. Junto con la CATEDRAL DE TUI (enlace a nuestra publicación), es una de las pocas catedrales amuralladas de España.
Una vez realizada su imprescindible visita, nos dirigimos a la PLAZA MAYOR.
En el siglo XV, el cardenal Mendoza decide derribar un lienzo de la muralla del XIV para crear un nuevo espacio diáfano frente a la Catedral, donde celebrar espectáculos y el mercado semanal. De este modo se diseña una de las más bellas plazas castellanas. Cuenta el anecdotario local que unos americanos quisieron comprar la Plaza Mayor para llevársela piedra a piedra a Estados Unidos.
De estructura rectangular, por el Norte la plaza limita con la Catedral, donde se abrió la denominada puerta del mercado.
Por el Sur se eleva el PALACIO DE LOS DEANES, con doble hilera de
arcos y galería convertido en sede actual del Ayuntamiento.
Al Oeste tenemos una serie de casas para nobles: la CASA DE LA
CONTADURÍA erigida por el mencionado Cardenal Mendoza a fines del siglo XV,
y la CASA DEL MIRADOR un edificio municipal cuajado de amplios balcones
de forja desde los que disfrutar de la variedad de espectáculos que en la plaza
se celebraban, entre los que destacan las corridas de toros.
Al Este se levantó una galería porticada para guarecerse los días de
lluvia, que llega hasta la PUERTA DEL TORIL. Sobre la galería se
edificaron casas para el Cabildo que se adornan con escudos.
Se desarrolla la Sigüenza medieval, que es el centro histórico de la ciudad, entre la Catedral y el Castillo. Para visitarlo ascendemos por la Calle Mayor. Una atractiva calle que nos irá descubriendo edificios históricos de arquitectura singular.
En un pequeño callejón a la izquierda se abre la PUERTA DEL SOL de su lienzo oriental, siendo una de las primeras que iluminaba el sol a la mañana. Nació como mero portillo y permitía el paso desde el arroyo Vadillo al interior de la ciudadela medieval.
Saliendo por ella a extramuros podremos contemplar desde el Paseo de la Ronda el resto de esta muralla que asciende hasta el castillo, así como la ventana absidial de la IGLESIA DE SANTIAGO.
Ubicada en la calle Mayor, es una de las dos parroquias románicas de Sigüenza. Su primitiva fábrica de mediados del XII, fue ampliada a finales de dicho siglo. Presenta una gran portada de arquivoltas de medio punto, semejante a las de la fachada occidental de la catedral y de la iglesia de San Vicente, y adornada, como todas ellas, con motivos geométricos y vegetales.
En su tímpano muestra un medallón renacentista con el busto del apóstol Santiago; y sobre la portada, el escudo del obispo D. Fadrique de Portugal, cuyo portentoso mausoleo veremos en la Catedral, y quien cedió la iglesia en el siglo XVI al convento anexo de Beatas de la Orden Tercera de San Francisco.
Ahora nos introducimos en sus calles estrechas y sinuosas, que reciben el nombre de “travesañas”. En estas calles convivían comerciantes y artesanos cristianos, judíos y musulmanes. En la Baja Edad Media estas dos últimas comunidades tuvieron sus propios barrios: la Morería y la Judería.
Enseguida llegamos a una pequeña plazuela presidida por la llamada CASA DEL DONCEL o Palacio de los Bedmar. Antiguo palacio residencia de los Marqueses de Bédmar y de los Vázquez de Arce, familia del mencionado Doncel.
Posee una fachada almenada, decorada con escudos heráldicos, en la que destaca el arco de medio punto de su entrada.
En su interior, tras su restauración por la Universidad de Alcalá de Henares, quedan vestigios de sus primeras fases constructivas, espléndidos ejemplos de arcos de yeserías policromadas mudéjares y bellos artesonados.
Situada justo enfrente del palacio nos llama la atención esta imponente casona que perteneció a Dña. Sancha Vázquez, abuela del afamado Doncel de Sigüenza, y cuyo mausoleo contemplamos en el interior de la Catedral.
Es una casona del siglo XVI edificada en un solar románico y sobre una primitiva casa del periodo gótico. En su restauración, se encontraron restos de la pintura mural policromada de la dinastía de los trastamara en los siglos XIV y XV. Hoy ha sido convertida en apartamentos de uso turístico.
En la misma travesaña y a pocos pasos de la plaza se alza la también románica IGLESIA DE SAN VICENTE, dedicada a este santo patrón de Sigüenza, por haber sido el día de su onomástica, el 22 de enero, cuando se reconquistó la ciudad en 1124.
Fundada la iglesia años después, se amplió a finales del siglo XII, alzándose entonces su portada de arquivoltas de medio punto, decoradas con motivos geométricos y vegetales, semejantes a los que adornan las portadas occidentales de la catedral, que descansan sobre columnas con capiteles foliáceos. Sobre la portada y desplazada de su eje se sitúa una imagen gótica de una Virgen entronizada.
Continuamos el paseo hasta la PLAZUELA DE LA CÁRCEL, abierta en la
Travesaña Alta en el siglo XV, y conocida en esa época como Plaza Nueva, en
ella se celebraba el mercado franco semanal concedido a la ciudad por el
Cardenal Mendoza. A principios del siglo XVI en su frente norte se alzó el AYUNTAMIENTO
seguntino, un edifico con arcadas abiertas a la plaza en el piso inferior y una
gran sala en el segundo piso artesonada. En su fachada no solo lucen los
escudos de los Reyes Católicos, del Cardenal López de Carvajal, obispo entonces
de Sigüenza, y de la ciudad, sino también motivos decorativos mudéjares que nos
hablan de los alarifes que construyeron el edificio. A mediados del siglo XVI
se edificó anexa al edificio municipal la torre del archivo.
Para entonces se había ampliado la plaza y construido en su frente occidental un gran edificio con soportales de medio punto para CÁRCEL de la ciudad.
Ascendemos por la Calle San Juan, a la que asuma un pequeño campanil que
debió pertenecer a la ermita de San Juan Bautista, hoy en ruinas. Y al fondo ya se distingue
uno de los torreones del CASTILLO.
Situado en la parte más alta de la ciudad, se asienta sobre una primitiva fortificación celtibérica, que luego fue romana y más tarde torre de vigía visigoda y alcazaba islámica. Tras la reconquista de Sigüenza en 1124 pasó a ser propiedad de los obispos seguntinos, señores de la ciudad.
Su entrada principal torreada fue alzada a principios del siglo XIV, en época del obispo Simón Girón de Cisneros. Años después vivió confinada en él doña Blanca de Borbón, esposa del rey de Castilla Pedro I el Cruel. El Cardenal Mendoza lo convirtió interiormente en un verdadero palacio y lo protegió externamente con una barbacana. Hasta fines del XVIII siguió siendo la residencia de los obispos seguntinos. Ya en el siglo XIX sufrió graves deterioros en la Guerra de Independencia y en las Guerras Carlistas. Más tarde fue Asilo y Cuartel.
En los años setenta, y después de década en ruinas tras la Guerra civil, fue rehabilitado como Parador de Turismo.
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http://siguenza.es/pagina/8/33/
http://clmturismoaccesible.com/content/museo-diocesano-de-siguenza
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